viernes, 4 de mayo de 2012

Olvidar para escribir


Y otra noche más, de nuevo empiezo a escribir sin saber muy bien sobre que escribir, dicen que hay que escribir para olvidar pero yo pienso que hay que olvidara para empezar a escribir, muchos no verán el significado de esta frase y quizás en ello se base parte del texto de esta noche, texto que como tantos otros será olvidado y guardado en una carpeta de mi ordenador cogiendo “polvo” entre los demás archivos como si de un acceso directo a un programa inutilizado se tratara. Dejando metáforas y comparaciones atrás centrémonos en lo importante, es básico en la vida saber perdonar y para perdonar hay que olvidar entonces ¿Por qué no olvidar para escribir? A diario sentimos miles emociones, centenares de momentos y acumulamos decenas de recuerdos en nuestras retinas y quizás sea necesario olvidar todo esto para escribir con claridad, con firmeza y objetividad sin dejarnos llevar por la pasión que cualquiera de estas cosas pueda influenciar en nuestra escritura, es tan fácil como dejar la mente en blanco y dejarse llevar, dejarse llevar a un mundo donde solo unos pocos privilegiados pueden llegar, un mundo en el que te encuentras tu con la simple compañía de tus pensamientos, tus palabras, tus queridas y preciadas palabras que tantas y tantas noches solitarias te acompañaron, esas palabras por las que un día fuiste ese bicho raro, esas mismas palabras que te salvaron en más de un examen de literatura, esas palabras que pocos entienden y que aún menos pocos ven y en parte lo entiendo, entiendo que estos textos queden olvidados puesto que yo soy el primero que no lee algo que no tiene un nombre de bastante peso, pero es en estos momentos cuando pienso ¿Cómo conseguir ese nombre?¿Cómo hacer que el texto llegue a los ojos de quién tiene que llegar? Quizás en mi caso sea más complicado o mejor dicho, quieran hacerlo más complicado, por que nunca entenderán que los títulos no hacen a las personas y muchos menos consiguen que sean mejores, no entenderán tampoco que alguien que apenas a desarrollado una formación académica sea como sea y consiga que los demás se vean como realmente son y sí, puede que en momentos como esto la soberbia se apodere de mi mente y me haga caer en un oasis de narcisismo en el que tan solo quiera ver mi reflejo, pero sé que hoy es otro día más, que hoy mi texto se quedará guardado en esa carpeta donde he acumulado miles de emociones, centenares de momentos y decenas de recuerdos, que quizás sean necesarios olvidar para escribir con claridad, firmeza y objetividad ¿Te suena? Exacto, está escrito más arriba y como ves, he logrado hacerte ver que hay que olvidar para escribir, pero que lo que se escribe no se olvida