Nuestro peor rival

Una vez me preguntaron cual sería el rival más difícil, sin dudarlo respondí: la vida, a lo que la periodista se quedó atónita y sin entender nada. La explicación es bien sencilla, a lo largo de nuestra vida nos encontramos personas mejores y personas peores, personas con las que congeniamos y otras con las que no tenemos esa misma suerte pero que con el paso del tiempo terminan siendo borradas de nuestro panorama. También, nos enfrentamos a problemas, algunos más serios y otros de risa pero tarde o temprano se acaban solucionando con más o menos esfuerzos. Por supuesto hay hueco para esos momentos de risas que como no se acompañana de alguna que otra lágrima, momentos para el amor, para la amistad, para tus hobbies, momentos para todo porque aunque digan que la vida es corta en su transcurso nos da tiempo hacer muchísimas cosas. Pero lo que no nos damos cuenta en que nuestra existencia es como una pelea y cada día es un nuevo asalto, nuestro rival es especial puesto que no tenemos ojos a los que mirarle pero no por ello es invencible, vivimos en una montaña rusa llena de subidas largas y duras y bajadas cortas y felices, sonreímos y lloramos casi a la misma vez que besamos y abrazamos, pensamos en que hacer olvidando que podríamos estar haciendo y es en todos esos momentos cuando nuestro rival nos toma ventaja, nuestro rival no se cansa, no se marea, no suda, no pide tiempo muerto y por supuesto no va tirar la toalla porque sabe que tarde o temprano nos va a ganar. En resumen, vivimos en una batalla perdida pero no por eso debemos de llorar, simplemente hay que disfrutar de cada segundo que estás subido en ese ring porque eso significa que sigues con fuerzas para luchar sabiendo que no vas a ganar pero no pasa nada porque estás vivo y ese es el premio más grande que podrías tener, recuerda que no hay nadie que le pueda ganar a nuestro peor rival, la vida.