Hoy

Por si mañana no estás hoy pienso aprovecharte al máximo, que la vida me ha enseñado que las cosas hay que saborearlas poco a poco que no se puede pisar el acelerador como uno quiera, que todo lleva unos límites de velocidad que hay que respetar y solo en diversos tramos del trayecto podrás aumentar esa velocidad. Una nueva lección que seguramente me servirá de mucho, algo con lo que he aprendido lo que me faltaba para que todo marchase correctamente y así, tal y como me ves me siento en este sillón a escribirte como de costumbre. No te diré nada que no te ha dicho antes, pero terminaré contando lo que ya sabes, y es que gracias a tí día a día aprendo nuevas cosas, tú estás siendo mi máximo apoyo y mi mejor maestra, me estas enseñando lecciones impagables y estás haciendo que todo esto merezca la pena. Con tus enfados, con tus piques, con nuestras tonterías, con todo eso aprendo que la vida la puedo pintar con tu pintalabios, que puedo quitar lo que no me guste de ella y que hay cosas que están mal tal y como están, siempre se puede pulir para que esté mejor, nunca está perfecto, siempre hay algo que sobresale, algo que no debe de ser así, quizás desde un principio se apuntó mal y el tiro se desvió por otro camino, quizás el gatillo fue presionado con antelación y la bala circuló más rápida de la cuenta, pero esa bala se ha parado, como por arte de magia, ha entrado en un campo mágnetico provocado por la aceptación de un error y se ha detenido esperando que alguien dé el primer paso para continuar con su trayecto. Tienes que saber que esa bala tiene que seguir su camino, que no te puedes poner en medio por que corres el riesgo de que impacte sobre tí, tienes que dejar que continúe libre, bájale la velocidad, auméntale la pasión, haz lo que quieras con ella pero deja que siga hacia adelante, no la detengas por que entonces uno de los dos terminará mal y ninguno de los dos quiere eso, disfruta, sonríe y relájate, déjate llevar y confía, confía en que todo va salir bien...